Empezar una carrera, elegir una universidad, conocer gente nueva… es esa incertidumbre ante todo lo nuevo que se viene lo que genera ansiedad y frustración en los alumnos que dejan la enseñanza media.

Ante este escenario, es que cobra relevancia la orientación vocacional, este “proceso dinámico por medio del cual el individuo conocerá los aspectos personales importantes para elegir una profesión, sus intereses y habilidades, las características deseables que deben tener las personas para cada una de las diferentes áreas ocupacionales, y cómo sus aptitudes, valores, motivaciones y hábitos de estudio, se relacionan y compaginan con sus intereses vocacionales” (Aragón y Silva, 2008).

Teniendo a los jóvenes como el centro de este proceso, GPS Vocacional de Educarchile identificó tres objetivos de la orientación vocacional:

1.     Desarrollar la capacidad de conocerse a sí mismo para establecer “propósitos vocacionales” concretos, viables y flexibles.

2.     Comprender el valor de sus decisiones respecto de su trayectoria y sus posibilidades y oportunidades futuras.

3.     Diseñar trayectorias formativas de manera responsable, autónoma e informada, que le permitan alcanzar sus expectativas vocacionales.

Cabe destacar que la orientación vocacional necesita una nueva visión, mucho más innovadora y capaz de generar instrumentos eficaces.

 

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