Hoy, en marzo del 2022, observamos con cierta naturalidad el tan añorado regreso a clases presenciales. A pesar que ya en el 2021 pudimos ver algunos intentos de retorno, este año es una realidad generalizada, enfrentándonos a muy diferentes experiencias.

Desde lo social y material, pasando por lo cultural, nos encontramos con diferentes y variados contextos, que pueden englobar hasta comunidades completas. Sin embargo, hay una vivencia que puede estar condicionada por los casos anteriores, pero sin lugar a dudas, es totalmente individual; más difícil de analizar, cuantificar y entender. Hablamos de factores emocionales de los alumnos.

Para los niños y jóvenes, la pandemia significó una experiencia particularmente disruptiva, ya que su universo escolar y social se vio trasgredido completamente: de un momento a otro y por casi dos años, se establecieron nuevas rutinas, las cuales definieron sus propias reglas y tiempos. Los alumnos dejaron de ir a clases y se eliminaron los espacios de reunión, limitando su interacción con amigos, transformando (o adaptando) sus formas de aprender, compartir y socializar; lo cual se dio en gran medida a través de la mediación por redes sociales.

De esta forma, hoy en día, sumado al reto que puede significar el regreso a las aulas, debemos tener más presente que nunca estos factores socioemocionales y darles seguimiento en el reencuentro de los niños y jóvenes con una rutina perdida. Para esto debemos poner atención a aspectos individuales de la personalidad, entendimiento de las emociones y la relación con los otros.

Herramientas para el apoyo socioemocional

La ventaja es que existen múltiples herramientas que nos pueden ayudar a orientar a los jóvenes en este proceso de autodescubrimiento y desarrollo socioemocional, con el objetivo de formar niños y jóvenes resilientes, adaptativos, y con un empuje que les ayude a contar con una buena disciplina a la hora del estudio presencial. Aquéllos que cuenten con estas aptitudes serán los que podrán afrontar de mejor manera el nuevo contexto.

Es por eso que te invitamos a conocer nuestras herramientas, las cuáles, a demás de tener diferentes objetivos específicos (como la orientación vocacional) están diseñadas para llevar un seguimiento socioemocional de los estudiantes. Factores como autoestima, motivación e inteligencia emocional son medidos a través de nuestros tests psicométricos y los colegios son notificados en caso de que estos factores se encuentren en rangos que representen un riesgo. De esta manera, pueden ser identificados y atendidos de forma temprana.

Es así como conocer estos factores en nuestros alumnos, puede significar una tremenda herramienta en el apoyo en este proceso de regreso a un contexto del cual nos alejamos por casi dos años.



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