En un mundo hiperconectado donde reina la inmediatez, tomar decisiones puede ser un real dolor de cabeza. Se trata de un proceso dificultoso para gran parte de nuestra especie, pero muy beneficioso para quienes pueden realizarlo de manera consiente. Es por eso que hoy, en el contexto globalizado en que nuestros jóvenes se desenvuelven, es importante recordarles que el temor, la incertidumbre y la duda son aspectos naturales del ser humano pero que deben ser conversados.


No hay decisiones fáciles, eso está claro. No importa la edad, el género o la cultura donde estemos inmersos; siempre está presente, de alguna forma, la inseguridad. Cuesta tomarlas por los resultados que estas pueden representar, sobre todo en nuestro futuro, pero son necesarias para avanzar y concretar aspiraciones, metas y sueños. Hoy, los caminos de la tecnología han generado ansiedad, angustia y una necesidad de inmediatez errada en niños, jóvenes y adultos que anteponen el “bienestar inmediato” versus la estabilidad emocional a lo largo del tiempo.

Pero, ¿por qué es importante tomar decisiones? El proceso cognitivo que conlleva decidir afecta en gran medida aspectos fundamentales de nuestro desarrollo personal y profesional; del cual, además, se desprenderán aristas vitales como nuestra felicidad y la de otras personas (generalmente de quienes nos rodean). Algunas nos permitirán avanzar y otras retroceder, pero todas son necesarias para nuestro crecimiento y formación.

Con frecuencia se toman decisiones con muy poca reflexión, escaso conocimiento y muy poco diálogo de por medio, generando resultados poco satisfactorios para gran parte de las personas. Esto genera que los resultado finales de este proceso no tengan un impacto positivo real y que nuestras aspiraciones se vean mermadas por frustración y efectos negativos. La situación se agrava aún más cuando hablamos de los millenials o la generación z, quienes se posicionan como los más propensos a tenerle miedo al fracaso.

Según estudios realizados por nuestro equipo de especialistas en Psicometrix, 7 de cada 10 adolescentes le tiene miedo al fracaso y/o equivocarse. Este miedo puede llegar a ser tan intenso que incluso puede paralizarlos al momento de tomar importantes oportunidades, desafíos o probar cosas nuevas. Algunos consejos a considerar para facilitar este proceso en estudiantes pueden ser:

  • Aconsejarles a seguir su instinto. Muchas veces tomamos demasiado tiempo en tomar una decisión por miedo a lo que pueda suceder. Aprende a confiar en ti, las intuiciones siempre vienen determinadas por las ganas de hacer algo.
  • Perder el miedo a equivocarse. No debemos olvidar que somos seres humanos y que de los errores aprendemos, si no tomamos la decisión correcta de seguro existirá un aprendizaje.
  • Apuesta por lo que te gusta. Es importante que tus decisiones estén apoyadas por un soporte que aporte algo positivo a tu vida.

Recuerda que no hay peor decisión que aquella que no tomamos y que la indecisión propicia, casi siempre, frustración y fracaso.

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